En el mes de Enero de 1977 en la cumbre de Ticlio sucedió un extraño caso considerado por muchos investigadores como un “encuentro cercano del tercer tipo”.
El protagonista de este espectacular caso fue el señor Guillermo Ríos conductor de un camión tanque de gasolina. Y la entrevista fue hecha por el señor José Herrera quien fuera en ese entonces jefe del IPRI (Instituto Peruano de Investigaciones Interplanetarias)
He aquí el relato sacado de la Revista Lo Insólito :
Un domingo de Septiembre de 1978 me dirigí hacia mi destino la provincia de concepción en el departamento de Junin al este de Lima para entrevistar al señor Guillermo Ríos quién lleva en su pecho las huellas de manos extraterrestres..
Salí de Huancayo cerca del medio día acompañado del señor Luis Mesa periodista corresponsal del diario La Prensa de Lima, luego de preguntas aquí y preguntas allá nos íbamos acercando al lugar indicado y tras una curva al fin aparece estacionado el camión tanque mudo testigo del más insólito caso sucedido en Ticlio, ruta principal a la ciudad minera de La Oroya.
Bajamos del auto y y tocamos la puerta de una tranquila casa de campo salió a recibirnos el mismo Guillermo Ríos acompañado de su familia a quienes nos presentamos y con quienes charlamos, el protagonista tomó la palabra y este es lo que nos contó:
“Para comenzar señores me presentaré soy Guillermo Ríos de los Ríos huancaíno de 34 años de edad casado y con 4 hijos y he tenido una extraña experiencia de la que yo mismo estoy sorprendido, que si no tuviera estas dos marcas de manos que llevo desde hace un año jamás me hubiera atrevido a contarles lo sucedido.
“Pues fue el 16 de enero de 1977 a eso de las 3 p.m. Que salí de viaje a Lima en mi camión gasolinero continué con dirección a La Oroya y llegué a eso de las 7 p.m. continué sin novedad por la subida del asiento minero de Morococha me adelantaban los autos y omnibuses con normalidad de tránsito.
Más cuando llegué a la cumbre de Ticlio sentí de repente que mi camión se inclinaba hacia atrás exactamente al lado posterior derecho, inmediatamente y preocupado busque un sitio amplio para estacionarme y cuadré mi camión bajando del mismo para revisar las llantas y constaté que una de ellas estaba completamente baja tenía que cambiarla y procedí a sacar mis herramientas, comencé a trabajar solo ya que no llevaba ayudante eran aproximadamente las 9 p.m. y en aquella cumbre hace un frío terrible ya que el cielo esta completamente despejado por lo que tenía que acelerar mi trabajo en el transcurso de de este tiempo habrían pasado de 10 a 12 carros, y cuando ya estaba ajustando la última tuerca vi que un vehículo silencioso avanzaba por la carretera pero con una luz más potente de cualquier otro carro. La cual me iluminaba fuerte y yo en la creencia que se trataba de un camión Volvo que terminaba de acelerar al llegar a la cumbre me quedé tranquilo hasta que de repente aparecen 2 jóvenes por delante del vehículo que me seguía iluminando con una luz intensa y al llegar al lugar dónde me encontraba trabajando me saludan con un: Buenas noches gordito que pasó –yo les contesté ,pucha hermano se me bajó una llanta y con este frío que hace estoy helado ellos me contestaron necesitas algo y les respondí que sí hermano necesito una soga…es recién allí cuando levanté la vista para dirigirles la palabra que vi que eran dos jóvenes de tez blanca, vestían ambos con una especie de mamelucos y sin sombrero eran de más o menos 1.70 c.m. de tamaño uno de ellos trajo la soga y me la entregó callado vi que era una soga fina muy diferente a la que usamos y les pregunté que soga tan buena dónde la compraron la conseguimos de la marina me contestaron.
Por eso, en vez de amarrar la llanta , para no malograr la soga procedí a pasarla por el centro de la llanta y le alcancé la punta suplicándoles que cuando yo estuviera arriba sobre el tanque me la alcanzaran para jalarla, allí es cuando la llanta se elevó casi sola colocándose en el lugar donde yo deseaba ponerla. Me quede algo asombrado pero contento pues pensé que ellos habían empujado fuerte y la casualidad hiciera que la llanta se colocara en el sitio deseado. Después bajé del camión, entregué la soga agradeciéndoles y procedí a recoger mis herramientas para guardarlas al agacharme sentí que uno de los jóvenes, pasándome las dos manos por debajo de las axilas. Me agarro el pecho y apenas sentirme como algo alzado, reaccioné bruscamente pensando que me iban a robar, pero en ese mismo instante, uno de ellos, el que estaba más atrás del camión, me iluminó con una luz fuerte, reflejo que impactó mi mente y caí sin control perdiendo el conocimiento.
Momentos después, aproximadamente una hora, sintiendo un frío intenso en el cuerpo, desperté confundido para darme cuenta que estaba con el camión en marcha, prendida la luz alta estaba manejando en la recta de Casapalca en una recta de 400 metros, mas comprendiendo mi extraña situación de cómo podría estar manejando dormido me asuste y paré el camión junto a otros que ya se encontraban estacionados .
Es así que teniendo necesidad de conversar con alguien para volver a la realidad entre a un café a tomar algo caliente y luego entre al baño al sentir un calor en mi pecho me levanté la chompa encontré que tenía las huellas nítidas de dos manos recordando de inmediato lo que me había sucedido en Ticlio.
Y es así señores que tengo estas marcas que ustedes ven , no obstante haber pasado más de un año.”
Nos enseño las marcas que aún no pueden borrarse, estas huellas sin duda son de extraterrestres.(Nota sacada de la Revista Lo Insólito)
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